En tiempos normales, volar drones prohibidos en el espacio de un aeropuerto es tan impensable como una locura. En este momento, sin embargo, las naves no sólo están zumbando en las pistas del principal aeropuerto de Bruselas, sino que también son fundamentales para una prueba realizada por el operador de la instalación para disminuir el riesgo de choque con aves.
El aeropuerto de Bruselas y su proveedor de servicios de control de tráfico Skeyes están realizando pruebas utilizando drones alrededor de secciones normalmente prohibidas del espacio aéreo de la pista para ver si pueden reducir significativamente la amenaza de colisiones entre aves y aviones. Las pruebas, que comenzaron el 9 de septiembre, implican que la nave vuele en secciones más remotas a las que es más difícil llegar para las patrullas habituales. Los ensayos realizados a principios de este año descubrieron que los vehículos aéreos no tripulados (UAV) son eficaces para identificar y expulsar a las aves de los márgenes cubiertos de hierba junto a las pistas. Los modelos actuales también están equipados con parlantes que pueden emitir chillidos de aves rapaces para mejorar la respuesta al miedo.
El esfuerzo busca disminuir el riesgo de choque con aves que, en ocasiones, puede ser provocado cuando las criaturas son asustadas desde la hierba por los aviones que salen y se interponen directamente en su camino.
El aeropuerto de Bruselas, que cubre 12,5 kilómetros cuadrados, normalmente depende de los automóviles de su Unidad de Control de Aves para patrullar los bordes de las pistas entre despegues y mantenerlas libres de vida animal. Pero dada la amplia zona involucrada, los funcionarios han recurrido al proveedor de servicios de telecomunicaciones Citymesh, que también ofrece vuelos con drones y soluciones de información. Como parte de eso, Citymesh utiliza la nave para detectar, monitorear y, cuando sea necesario, perseguir aves recolectoras de las áreas exteriores.
Citymesh dice que los drones típicamente prohibidos vuelan alrededor del aeropuerto de forma remota, en modo más allá de la línea de visión, y brindan video HD en tiempo real a los controladores en la sede de la compañía. El vuelo de la nave se planifica cuidadosamente en función de los horarios de los aviones de pasajeros que salen para garantizar que, lejos de representar una amenaza para la seguridad en sí mismos, el UAV pueda disminuir efectivamente el riesgo de colisiones con aves para los aviones.
«Aunque los drones y la aviación no parecen inicialmente una buena combinación, ésta es una nueva realidad, cuyas posibilidades deben explorarse», señala el director general del aeropuerto de Bruselas, Arnaud Feist. «Los drones pueden ser herramientas adicionales en nuestras operaciones y estas pruebas nos darán más información sobre las posibilidades».
Feist dice que el objetivo de las pruebas actuales es determinar si el uso de drones para controlar y dispersar aves alrededor de las pistas es efectivo y práctico como elemento potencialmente integrado de la operación diaria del aeropuerto. Parte de eso dependerá de un aspecto de las pruebas que los operadores de las instalaciones prometen que no serán un problema: las interrupciones en los horarios de vuelo debido a la presencia de vehículos aéreos no tripulados.
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