El Ministerio de Defensa francés desarrolla un avión no tripulado furtivo con forma de pájaro

Investigadores apoyados por el Ministerio de Defensa de Francia están trabajando para desarrollar un dron de vigilancia más efectivo que también sea menos propenso a ser detectado por su imitación de pájaros o insectos.

La Agencia de Innovación de Defensa (AID), una sección del Ministerio de Defensa de Francia que fomenta y financia el desarrollo de nuevas tecnologías de aplicación militar, respalda el proyecto. Ha dado su apoyo al dron furtivo conocido como Biofly, que ya ha producido aparatos que se parecen a un pájaro y a un insecto parecido a una libélula. El programa específico del que surgieron los prototipos fue la sección de biomimetría de la AID, que estudia los organismos biológicos para el desarrollo de materiales o sistemas.

En este caso, eso implicó aprender cómo las criaturas aladas de la naturaleza podrían permitir que los vehículos aéreos no tripulados que recopilan datos hagan su trabajo sin ser vistos, o ser identificados si lo son.

El primero que surgió de ese esfuerzo fue un avión no tripulado llamado Bionic Bird (una decisión que empujó al Ministerio de Defensa a una flagrante violación de la “Ley Toubon” de Francia, que estipula que el francés es el “idioma de la república” y obligatorio en todo discurso y documentación oficial). Pájaro bionique (no quiero correr riesgos) está hecho de un cuerpo de polímero equipado con alas batientes de fibra de carbono. El movimiento no solo fue diseñado para permitir que la nave pase más fácilmente como un pájaro mientras espía desde el cielo, sino también para aumentar la eficiencia de su rendimiento.

Las mejoras recientes han dado lugar a una versión actualizada del UAV, así como a la variante con forma de insecto. Aunque todavía es un trabajo en progreso, los funcionarios del Ministerio de Defensa de Francia se han sentido alentados por las prometedoras eficiencias de vuelo que ya ha alcanzado el dron, así como por la continua incorporación de tecnología que incluirá cámaras de alta resolución y estabilizadores corporales efectivos para compensar el movimiento de aleteo de las alas.

“Estas mejoras se han realizado en particular con la adición de asistencia al pilotaje, automatización de planes de vuelo como trayectoria en línea recta, capacidades de variación de velocidad, la posibilidad de vuelo estacionario casi estacionario, pero también un aumento en la velocidad de estos drones”, explica el Ministerio de Defensa de Francia en una página web sobre el aparato.

El proyecto, que en un principio fue creado por el Instituto de Ciencias del Movimiento de la Universidad de Aix en Marsella, ahora también involucra al Laboratorio de Investigación en Informática y sus Aplicaciones de Lorena, así como a los monitores AID. Además de añadir más aplicaciones tecnológicas al aparato, los investigadores también están trabajando para mejorar su sistema de propulsión y diversas capacidades de vuelo.

El Ministerio de Defensa ya está entusiasmado con la promesa del proyecto.

“Biofly cumple con varios requisitos militares, en particular el sigilo del dron durante su funcionamiento, así como el rendimiento maximizado de varias categorías de drones: velocidad con la resistencia de los drones de ala fija y capacidades de vuelo estacionario de los drones de rotor”, señala el sitio.

Sus bases biomimétricas permitirán al Ministerio de Defensa de Francia utilizar drones Biofly de maneras que ni los aviones de ala fija ni los de rotor permiten, utilizando un vehículo que supera su categoría de peso.

“Presenta numerosas ventajas para el soldado (operador) en tierra”, dice el sitio, “en particular su sigilo, su ligereza de 50 g y la capacidad de volar usando un teléfono inteligente”.

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