Un par de organizaciones no gubernamentales medioambientales de Inglaterra están utilizando drones –y una dosis de humor– para medir el volumen de colillas de cigarrillos que ensucian la ciudad de Bristol y convencer a los fumadores de que dejen de arrojar ilegalmente las colillas contaminantes en los espacios públicos.
El esfuerzo está liderado por el grupo Clean Up Britain (CLUB), que inició en noviembre pasado su proyecto de concientización de cuatro meses de duración llamado “Get Your Butt Off Our Streets”. Para ello, se asoció con Ellipsis Earth, un grupo que aprovecha la tecnología mejorada con inteligencia artificial para identificar, mapear y medir varios tipos de materiales contaminantes en todo el mundo. En Bristol, eso implicó que Ellipis pilotara drones por la ciudad para realizar un estudio cuantitativo de las colillas de cigarrillos que ensucian las aceras, parques, calles y otras propiedades públicas. Esa lectura aérea de 10 días servirá como punto de referencia para comparar con un segundo escaneo UAV cuando finalice en febrero la campaña de información del CLUB para lograr que la gente se deshaga de los desechos adecuadamente.
Como parte de su campaña para concienciar a los residentes de Bristol de lo nociva que es la plaga de las colillas de cigarrillos arrojadas irresponsablemente, CLUB ha producido una serie de carteles que utilizan el humor para enfatizar la impaciencia de los no fumadores que tienen que vivir en medio de esta marea maloliente. Los carteles presentan varias fotografías diferentes de entornos públicos con asfixia, junto con un juego de palabras de doble cara en mensajes que dicen «Flicking Dangerous», «Flicking Selfish», «Flicking Illegal» y «Stupid Flickers Kill Fish».
Como incitación a eliminar el humo gastado de forma civilizada y no contaminante, el CLUB también está repartiendo 100.000 ceniceros portátiles a los fumadores que se encuentran en las calles, conciertos, discotecas y eventos populares de la ciudad.
El vuelo de seguimiento con drones de Ellipsis debería proporcionar una idea de si los adictos a la nicotina de Bristol han atendido el llamamiento y han cesado –o al menos reducido– el lanzamiento incontrolado de colillas de cigarrillos. Pero incluso si su mensaje no logra llegar, CLUB ya está planeando desplegar su misión educativa y de reconocimiento aéreo en otras ciudades del país.
Según el grupo, cada año se venden en el Reino Unido unos 35 mil millones de cigarrillos, de los cuales alrededor del 70% finalmente se desechan en cualquier entorno en el que se encuentre el fumador cuando termina. Esas protuberancias rellenas de plástico no sólo tardan casi 15 años en descomponerse, sino que también contienen sustancias químicas perjudiciales para la vida silvestre y el medio ambiente.
En 2020, Ellipsis llevó a cabo una auditoría similar con drones de las colillas de cigarrillos en Sorrento, Italia, una nación que arroja alrededor de 13 millones de colillas cargadas de carcinógenos cada día. El año pasado, el grupo llevó a cabo un mapeo aéreo de la basura en Bournemouth.
Si bien Ellipsis y CLUB frecuentemente reciben apoyo de patrocinadores corporativos y municipios a los que sirven, las autoridades de Bristol dicen que la política de la ciudad les prohíbe involucrarse con uno de los patrocinadores de la campaña: la compañía tabacalera Philip Morris Limited.
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