Turquía tiene un problema de “mocos marinos”, como lo tendría cualquiera que se ocupara de ese asunto. Pero nuevas imágenes de drones ofrecen pruebas sorprendentes de que el caso de Turquía es tan grave como repugnante.
Los mocos de mar asfixian la vida marina (y no con arcadas)
Esta sustancia viscosa de color beige plateado ha estado proliferando en el Mar de Mármara y ahora cubre gran parte de su superficie, fondo y franjas de sus costas. Un vídeo reciente grabado con drones muestra puertos y largas extensiones de playa obstruidas por los acertadamente apodados “mocos de mar”. Esta sustancia gelatinosa nunca había sido detectada en aguas turcas antes de 2007, y desde entonces se ha extendido a tasas alarmantes durante los períodos de mayor auge. Los expertos estiman que su volumen puede haberse duplicado sólo durante la última semana.
Los científicos dicen que la principal causa del flagelo es (sorpresa, sorpresa) el calentamiento climático creado por el hombre y la contaminación vertida directamente al mar. Esto produce condiciones en las que el fitoplancton existente de forma natural se atiborra de nutrientes excesivamente abundantes. Aunque generalmente son beneficiosos para la vida marina al emitir oxígeno al agua, esos organismos hiperactivos y atracones comienzan a descargar una mezcla de proteínas, carbohidratos y grasas. Eso se acumula en capas espesas y viscosas de mucílago marino (también conocido como ya sabes qué), lo que no solo hace impensable nadar durante las vacaciones sin réplicas de trajes de baño de materiales peligrosos, sino que también asfixia la vida marina como el coral en el fondo marino.
Los disparos de un dron incitan a los políticos a actuar
El sitio de noticias turco DuvarEnglish.com ha cubierto la creciente marea de mocos en el mar. La amenaza que representa para la industria pesquera, el medio ambiente y las comunidades alrededor del Mar de Mármara –incluida Estambul– ha involucrado a los políticos. La semana pasada el parlamento inició debates sobre cómo combatir la amenaza. Durante el fin de semana, el presidente Recep Tayyip Erdogan intervino y prometió abordar el problema (aunque sin utilizar la palabra «mierda» no presidencial al hacerlo).
«Salvaremos nuestros mares de esta calamidad del mucílago, empezando por el mar de Mármara», proclamó Erdogan. «Debemos dar este paso sin demora».
Por ahora, sin embargo, Turquía ha desplegado sólo 25 barcos para recoger mocos marinos que flotan en la superficie (una flotilla que no ha sido apodada “Armada de Kleenex”, al menos todavía). Otros 18 buques están colocando redes y otras barreras para evitar que las mareas negras lleguen a las costas. Sin embargo, eso es tratar el síntoma y no la enfermedad. Serían necesarias medidas drásticas para detener la contaminación habitual del mar, cuya temperatura ha aumentado entre 2 y 3 grados centígrados desde la época industrial. A pesar de la reacción de Turquía, ese calentamiento continuará hasta cierto punto sin esfuerzos dramáticos en todo el mundo para detener el cambio climático.
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