Los legisladores estadounidenses, funcionarios del gobierno e incluso importantes organizaciones deportivas están dando un paso adelante para respaldar un llamado de la administración Biden para crear una legislación que ampliaría considerablemente el número de actores autorizados a tomar medidas contra drones para neutralizar las posibles amenazas de los vehículos aéreos no tripulados.
En las audiencias celebradas el jueves por la Comisión del Departamento de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, una serie de funcionarios de la administración estadounidense y legisladores expresaron su apoyo a la adopción de leyes para ampliar las capacidades contra los drones. Estas leyes se describieron inicialmente en abril en el Plan de Acción Nacional de la Casa Blanca para los Sistemas de Aviones No Tripulados Nacionales. A ese coro se sumaron la Liga Nacional de Fútbol Americano, las Grandes Ligas de Béisbol, la NCAA y la NASCAR, que en una carta conjunta instaron a que se tomaran medidas para ampliar las capacidades contra los UAV para seguir el ritmo del creciente número de aeronaves en los cielos y las amenazas potenciales que plantean.
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En 2018, el Congreso aumentó los poderes antidrones del Departamento de Justicia de Estados Unidos y del Departamento de Seguridad Nacional para identificar, interceptar o destruir vehículos aéreos no tripulados que operan ilegalmente, representan una amenaza o intentan hacer daño.
Ahora que esas medidas expiran en octubre, la administración Biden no solo ha pedido a los legisladores que las renueven, sino que también quiere que el Congreso amplíe su autoridad a “los Departamentos de… Defensa (y) de Estado, así como a la Agencia Central de Inteligencia y la NASA en situaciones limitadas”. La propuesta también liberaría las manos de los funcionarios locales para tomar medidas contra los vehículos aéreos no tripulados sospechosos, incluida la Administración de Seguridad del Transporte y la policía.
Las voces que apoyaron esa iniciativa surgieron de varios sectores. Uno de los principales focos de la ampliación de la autoridad antidrones serían los aeropuertos estadounidenses, que han informado de casi 2.000 incursiones con vehículos aéreos no tripulados desde 2021, a un ritmo de aproximadamente una por día en un importante centro neurálgico del país. Otro ámbito de ampliación de la capacidad de respuesta serían las fronteras estadounidenses, donde el uso de aeronaves ha ido en aumento entre los traficantes de drogas y personas.
Otro factor que se mencionó fue la preocupación por el creciente número de vehículos aéreos no tripulados que se utilizan para ataques. El fiscal general adjunto de Estados Unidos, Brad Wiegmann, señaló que “las reuniones masivas al aire libre, como los estadios deportivos al aire libre, son particularmente vulnerables” y, por lo tanto, deben protegerse mediante medidas de protección más amplias contra los drones.
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Las principales organizaciones deportivas respaldaron esa opinión y destacaron que la ampliación de los actores y acciones antidrones en Estados Unidos “jugará un papel importante para ayudar a garantizar la seguridad de los principales eventos deportivos, incluida la seguridad de los millones de fanáticos estadounidenses que asisten a estos eventos cada año”.
Respaldando esto con números, los funcionarios de seguridad dijeron que durante 70 operaciones preventivas contra drones que el FBI ha llevado a cabo desde 2018 en eventos como el Super Bowl, se detectaron 974 vehículos aéreos no tripulados no autorizados volando en áreas restringidas, lo que llevó a 279 localizaciones de pilotos y 50 intentos de mitigación.
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