San Francisco ha abandonado su habitual posicionamiento izquierdista en materia de libertades civiles para aprobar mayores poderes policiales para combatir el crimen, incluido el uso de drones y tecnología de reconocimiento facial anteriormente prohibida.
Los votantes en San Francisco aprobaron la propuesta electoral del martes, la Proposición E, por casi un 60%, otorgando así a la policía un mayor margen de maniobra para desplegar tecnología para perseguir a los delincuentes o responder a actos sospechosos de delito. Entre otras cosas, permitirá a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley desplegar drones y utilizar el reconocimiento facial en su trabajo con niveles de aprobación o supervisión considerablemente más bajos que los requeridos anteriormente.
El resultado de la iniciativa llamada Safer San Francisco marcó un importante revés con respecto a los esfuerzos anteriores de los residentes para bloquear el uso policial de la tecnología considerada una amenaza potencial a la privacidad. En 2019, la ciudad prohibió formalmente el uso del reconocimiento facial por parte de la policía, cuyo funcionamiento de drones también había sido severamente restringido mediante límites y requisitos de aprobación.
La aprobación de la Proposición E, que permite a la policía de San Francisco utilizar el reconocimiento facial y otras aplicaciones de inteligencia artificial, también desatará las manos de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley de otras maneras. Según la medida, las imágenes recopiladas por drones y cámaras corporales pueden servir como base para los informes de servicio, eliminando horas de creación de texto de archivos de rutina que casi nadie ve y brindando a los policías más tiempo en las calles.
La votación surgió de la convergencia de dos aspectos de la realidad reciente de San Francisco. El primero es su proximidad (y la consiguiente afluencia de sus residentes de) Silicon Valley, lo que hace que las libertades civiles y la privacidad reflexivas se opongan a la tecnología con el tiempo sea más difícil de cuadrar.
El otro es el temor generalizado creado por los informes de los medios y las innumerables publicaciones en las redes sociales –pero refutado por las estadísticas policiales reales– de que la tasa de criminalidad de San Francisco se ha disparado en los últimos años hasta superar a la de otras ciudades importantes.
Ambos elementos fueron enfatizados antes y después de la votación por el alcalde de San Francisco, London Breed, quien defendió la medida diciendo que un mayor uso policial de drones y otras tecnologías haría que los residentes se sintieran más seguros en medio de la actividad criminal moderada, pero muy real, de la ciudad.
«Al apoyar el trabajo de nuestros agentes de policía, ampliar nuestro uso de la tecnología y sacar a los agentes de detrás de sus escritorios a nuestras calles, continuaremos en nuestra misión de hacer de San Francisco una ciudad más segura». Breed dijo después de la votación.. “Gracias a los votantes por aprobar la Proposición F para brindar más trato y responsabilidad a San Francisco. Así es como podemos brindarle a más personas la ayuda que necesitan y cambiar lo que está sucediendo en nuestra ciudad”.
Imagen: Ameer Basheer/Unsplash
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