Nuevo informe de la ACLU sobre la vigilancia policial con drones de reuniones públicas

La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) está señalando preocupaciones constitucionales con el uso de tecnología de drones por parte de la policía para vigilar reuniones públicas y las protecciones vitales que las comunidades necesitan para frenar el abuso. Estas preguntas surgen a la luz de la noticia de que los departamentos de policía ya han utilizado drones para monitorear todo, desde reuniones públicas a gran escala, como desfiles y protestas, hasta reuniones pequeñas y privadas como barbacoas en el patio trasero.

En un nuevo informe, Jay Stanley de la ACLU analiza el uso de drones por parte de las fuerzas del orden para vigilar reuniones públicas y detalla las barreras necesarias para proteger las libertades civiles. El informe es especialmente oportuno ya que la Administración Federal de Aviación (FAA) está avanzando hacia la emisión de nuevas reglas que permitirán vuelos más allá de la línea visual del operador, abriendo los cielos a usos de tecnología de drones que generalmente no está permitido todavía.

Si bien la ACLU está de acuerdo en que el trabajo de las autoridades es preocuparse de que una reunión se torne violenta, la gran pregunta es: ¿cuántos de hecho ¿hacer? Incluso en las raras ocasiones en que estalla la violencia, no está claro cómo la presencia de un dron en el cielo resultaría crucial para la capacidad de la policía de mantener la paz.

Según el informe, en la mayoría de los casos, basta con confiar en observaciones terrestres u otras técnicas que tienen costos más bajos, menos efectos paralizadores y menos riesgo de prestarse a una vigilancia abusiva. Por ejemplo, ¿la policía de Elizabeth, Nueva Jersey, realmente necesitaba drones para monitorear una protesta de estudiantes locales que exigían menos policía y más consejeros ¿En escuelas?

El informe destaca además que muchas personas temen a la policía y no se presentan a expresarse si esperan ser grabadas, con las consecuencias desconocidas que eso puede traer. Esto es especialmente cierto en el caso de comunidades históricamente marginadas o cuando la gente protesta contra la violencia policial.

La ACLU enfatiza que las protestas políticas y otras reuniones públicas son vitales para la responsabilidad democrática, y que la gente no debería tener que sentirse como si estuviera viviendo en un estado de guarnición cada vez que se reúne. Como tal, es vital establecer límites y barreras de seguridad estrictos para mejorar las consecuencias negativas del monitoreo policial con drones. En particular, la aplicación de la ley debería, como mínimo, adherirse a los siguientes principios:

  • Promulgar políticas que limiten las operaciones con drones a reuniones que cumplan ciertos criterios.
  • Poner límites a cuándo se puede realizar la grabación
  • Ejercer restricciones sobre el uso de grabaciones de vídeo.
  • Asegúrese de que los videos de drones estén completamente disponibles para la función de supervisión.
  • Las operaciones policiales no deben impedir otros vuelos de drones

Puede leer el informe completo y explorar estas barreras en detalle aquí. Y le recomendamos encarecidamente que lo haga.

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