Es evidente que la Fuerza Aérea de Estados Unidos se toma en serio la lucha contra la creciente amenaza de los pequeños drones desplegados con fines terroristas o militares hostiles. No solo ha desarrollado un arma capaz de eliminar decenas de drones simultáneamente, sino que incluso le ha puesto a ese poderoso activo el nombre de un temible superhéroe nórdico que empuña un martillo.
THOR elimina cientos de drones enemigos a la vez
A principios de este mes, la Fuerza Aérea presentó su Respondedor Operacional Táctico de Alta Potencia, también conocido como THOR, que está diseñado para neutralizar instantáneamente múltiples drones atacantes, incluidos enjambres enemigos. Desarrollada por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL), el arma electromagnética ha destruido con éxito cientos de vehículos aéreos no tripulados (UAV) hostiles en batallas de prueba. Una vez que se identifica la nave que se acerca, THOR genera un poderoso campo de microondas que destruye los sistemas electrónicos internos de los drones enemigos antes de que puedan acercarse demasiado. De esa manera, los enjambres beligerantes se convierten en pequeños montículos de basura en un abrir y cerrar de ojos.
THOR supone un cambio significativo y una valiosa adición a las técnicas existentes para combatir pequeños drones armados. La mayoría de los sistemas dependen de láseres o balística que, si bien son eficaces contra naves aisladas, pueden ser invadidos por grupos más grandes de vehículos aéreos no tripulados hostiles. La misma limitación se aplica al arma móvil que la Fuerza Aérea introdujo a principios de este mes y que ata objetivos con fajos de material Silly String. THOR, por el contrario, es un poco como usar un mazo contra una mosca peligrosa, sólo que, en este caso, uno tan grande que puede golpear una nube entera de ellas de un solo golpe.
«El sistema utiliza microondas de alta potencia para provocar un efecto contraelectrónico», dice una hoja informativa de AFRL. «Se identifica un objetivo, el arma silenciosa se dispara en un nanosegundo y el impacto es instantáneo».
Sin embargo, THOR impresiona con algo más que su simple fuerza. También presume de agilidad y notable facilidad de uso.
Caro pero, según los drones muertos, barato
Todo el sistema cabe dentro de un único contenedor de carga metálico de 20 pies, lo que significa que puede transportarse en un avión militar C-130. Desde el momento en que llega a la zona a defender, THOR puede ser instalado por dos personas en tres horas. Funciona utilizando una interfaz diseñada para limitar el entrenamiento requerido al mínimo y, como señala el documento de AFRL, “opera desde un simple enchufe de pared” para obtener la energía necesaria para freír los drones enemigos.
Aunque adaptable y fácil de usar, THOR no es barato. Desarrollar el sistema costó 15 millones de dólares y cada unidad cuesta 10 millones de dólares. Ese precio probablemente limitará el despliegue inicial del arma a la defensa de bases militares vulnerables de ataques con drones.
O tal vez no. La AFRL dice que la proporción de drones muertos por disparo de THOR puede hacerlo tan asequible como las opciones láser o balísticas. Mientras tanto, dados los crecientes ataques en Irak y otros lugares utilizando vehículos aéreos no tripulados de consumo repletos de explosivos, la eficiencia a gran escala de THOR puede eventualmente convertirse en un lujo de defensa en el que las instalaciones estadounidenses no pueden darse el lujo de escatimar.
«Los drones son cada día más omnipresentes», señala la hoja informativa de THOR. “En lugar de utilizarse como sistemas de pasatiempo inocuos, los drones pueden emplearse como armas destinadas a causar grandes daños a largas distancias. A medida que se vuelven más prolíficas y técnicamente maduras, es imperativo que exista una forma segura de proteger las bases aéreas contra estas amenazas”.
Lo que significa que cuando esos drones atacan en masa, puede ser más prudente derribarlos con la fuerza divina del relámpago y el trueno que depender de una sola explosión de Silly String.
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